martes, 3 de agosto de 2010

Morfología (Historia III)

Las sinfonías

Avanzando en la teoría musical, podemos decir que las principales características de las sinfonías clásicas, tal cual existían hacia finales del siglo XVIII (previo a la aparición de la música romántica), en la zona de habla alemana eran:

1) Poseían 4 movimientos: de los cuales el primero solía ser un movimiento rápido en forma de sonata, el segundo un movimiento lento, el tercero variaba entre un minueto y un trío o una danza ternaria como (scherzo) un movimiento con una simple métrica triple, y finalizando con un cuarto movimiento rápido en forma de sonata y/o rondó.

2) Poseían una parte instrumental: para ser interpretada por una orquesta de tamaño relativamente moderado, como se acostumbraba en esa época.

Luego de que Beethoven comenzó a experimentar con la estructura de dichos movimientos y con las características programáticas en su Sexta Sinfonía, y luego añadió cantantes al último movimiento de su Novena Sinfonía, las posibilidades de moldear el formato de la sinfonía eran ilimitadas, comenzando desde la era Romántica cuyas características eran, entre ellas:

1) Modificación de la estructura de los movimientos: mayores movimientos y/o estructuras de movimientos con varias etapas (Roméo et Juliette de Berlioz; la Segunda y Tercera Sinfonía de Mahler); estructuras con un único movimiento y/o movimientos sucesivos, por ejemplo la Séptima Sinfonía de Sibelius; Eine Alpensinfonie de Richard Strauss y la Cuarta Sinfonía de Carl Nielsen.

2) Mayor variación en la parte instrumental: orquestas de cámara (implementadas por Berlioz, Mahler, Bruckner); canto solista y/o coral que se extiende durante los diferentes movimientos de la sinfonía (por ejemplo: la Segunda Sinfonía de Mendelssohn; la ópera Romeo et Juliette de Berlioz y la 14ª Sinfonía de Shostakovich); nuevos o inusuales instrumentos, por ejemplo una especie de sonajero hecho con pezuñas de vaca que se utilizó en la Sexta Sinfonía de Mahler; Ondes Martenot en Turangalîla-Symphonie de Olivier Messiaen; sinfonías que no empleaban orquestas sinfónicas (sinfonías para ser interpretadas por un solo órgano eran creadas por Charles-Marie Oidor y Louis Vierne y también la Sinfonía para piano solo de Charles-Valentín Alkan.

3) Extensión del programa: incluso luego de que el tono del poema halla separado del género sinfónico como tal, estas especies musicales fueron publicadas con programas mucho más extensos, explícitos (como en Roméo et Juliette de Berlioz, luego de Shakespeare, así como también en su Sinfonía Fantástica) haciendo referencia a la literatura, a la poesía y a la música popular (como en la sinfonía cycle de John Kenneth Graham), o mucho mas implícitas, como una sucesión de sentimientos (como en la Sexta Sinfonía de Tchaikovsky o en Los cuatro temperamentos de Carl Nielsen).

La palabra sinfonía deriva del griego Συμφωνία, una combinación de syn-(‘συν’, con) y phone (‘φωνή’ sonido), que deriva a su vez del latín symphonia. El término fue usado por los griegos, en primer lugar para definir el concepto general de "concordancia", ambos caracterizados por sonidos sucesivos y en unísono con sonidos simultáneos; en segundo lugar, específicamente hablando, lo emplearon para nombrar a los pares de sonidos sucesivos concordantes (por ejemplo: los “intervalos perfectos” de la música moderna; la 4ª, la 5ª y la 8ª); y en tercer lugar considerando la armonía de una octava, (refiriéndonos al arte de cantar en octavas) en oposición a cantar y tocar al unísono.


La sinfonía

En el artículo anterior dije que Haydn estableció la estructura de lo que ahora se llama Sonata, no confundir con la "forma sonata", dicha estructura consiste de tres o cuatro partes independientes llamadas "movimientos", el primero de los cuales tiene la forma sonata; dije también que esa estructura es la misma que se emplea en otros géneros musicales, como la sinfonía, el cuarteto, el trío y otros más. Asimismo dije que los compositores, incluido el propio Haydn, pronto abandonaron la rigidez de dicha estructura. La Sinfonía, a partir de Haydn, se ha considerado como el género más importante que hay.

El nombre "sinfonía", al igual que otros que ya hemos visto, cambió de significado con el tiempo, al principio se llamaron sinfonías simplemente a obras que implicaban la sincronización de varias voces, después se empleó ese nombre para denominar piezas de forma libre, por ejemplo, Bach denominó sinfonías a lo que ahora se conoce como Invenciones a Tres Voces; hasta que Haydn lo empleó para denominar así a sus obras con estructura de sonatas, pero escritas para gran orquesta.

Lo de gran orquesta en la época de Haydn consistía en alrededor una docena de violines, un par de violas, unos cuatro violonchelos, uno o dos contrabajos, dos oboes, dos fagotes, un par de cornos y, en algunos casos, dos flautas, dos trompetas, dos clarinetes, un clavicímbalo o un timbal. Pero la idea del nombre de gran orquesta llevó a excesos tales que Gustav Mahler, un compositor nacido en un pueblo cercano a Praga en 1860, escribió una sinfonía de la que se dice que hubo en su estreno ¡mil personas para interpretarla!, probablemente más gente de la que fue a escucharla.

Se considera que el gran paso en la evolución de la sinfonía lo dio Beethoven con la llamada "Sinfonía Heroica", que fue su tercera obra dentro de este género, a partir de ella la orquesta sinfónica, o sea, la orquesta para tocar sinfonías empleó imprescindiblemente clarinetes, flautas, trompetas, trombones y percusiones, además de los instrumentos ya mencionados anteriormente.

Symphony no. 5 (Beethoven) - I
Symphony no. 5 (Beethoven) - II
Symphony no. 5 (Beethoven) - III/IV

La grandeza de las sinfonías de Beethoven es tal que muchos de los compositores que lo sucedieron, o escribieron pocas sinfonías --y éstas sólo cuando se consideraron suficientemente maduros, como Schumann o Brahms-- o de plano no escribieron sinfonías, pues consideraron que después de las de Beethoven ya no había nada que hacer en ese género. Solamente hay dos compositores en el siglo XIX que se atrevieron a consagrarse al género, Anton Bruckner, nacido en Austria en 1824 y el ya mencionado Gustav Mahler, cada uno de ellos escribió nueve sinfonías, curiosamente el mismo número que escribió Beethoven.

Otros compositores relevantes del siglo XIX que escribieron sinfonías son Felix Mendelssohn, nacido en Alemania en 1809, Piotr I. Chaikovsky, nacido en Rusia en 1840 y Antonin Dvorak, nacido en Checoslovaquia en 1841, que también escribió nueve sinfonías, aunque mucho menos pretenciosas que las de Bruckner o las de Mahler

Entre los compositores del siglo XX hay algunos que se dedicaron más que otros a escribir sinfonías, de ellos los más notables son: el finlandés Jean Sibelius, nacido en 1865, el inglés Ralph Vaughan Williams, nacido en 1872 y los rusos Sergei Prokofiev, 1891 y Dimitri Shostakovich, 1906.

Prokofiev: Symph. Classique - Allegro
Prokofiev: Symph. Classique - Larghetto
Prokofiev: Symph. Classique - Gavotta
Prokofiev: Symph. Classique - Finale

Esta sinfonía tiene la particularidad de que a pesar de haber sido escrita en el siglo XX, su autor intentó darle un carácter totalmente en el estilo de Haydn, por lo que al escucharla se puede decir que "matamos dos pájaros de un tiro", tenemos un perfecto ejemplo de la sinfonía clásica y una muestra del manejo de los instrumentos de un compositor moderno.

Obviamente que en este resumen histórico no he citado a todos los compositores que escribieron sinfonías, porque sería muy largo y tedioso, me he concretado a citar a los que yo considero los más relevantes, aunque seguramente que por diferencias de gusto habrá quien diga que me faltó o me sobró alguien.
Por razones de longitud y por la fidelidad acústica necesaria para apreciar una sinfonía hay pocos ejemplos en Internet, así que yo recomendaría al lector que se consiguiera discos con por lo menos una sinfonía de cada uno de los compositores que aquí he citado. Me voy a atrever a listar las que a mí me gustan más, sin que eso signifique que son las mejores, pues esto no es una competencia deportiva.

Haydn: la número 39 en sol menor
Mozart: la número 41 en do mayor
Beethoven: la número 6 en fa mayor
Mendelssohn: la número 3 en la menor
Schumann: la número 4 en re menor
Bruckner: la número 5 en si bemol mayor
Brahms: la número 3 en fa mayor
Chaikovsky: la número 6 en si menor
Dvorak: la número 9 en mi menor
Mahler: la número 4 en sol mayor
Sibelius: la número 5 en mi bemol mayor
Vaughan Williams: la número 6 en mi menor
Prokofiev: la número 3 en do menor
Shostakovich: la número 11.

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